martes, 2 de octubre de 2012

deseos..

Llevo dándole vueltas a algo desde hace muchos años, pero hoy me decido a escribirlo para que me sirva de ateomandamiento, y es el siguiente...



Creo que todos, soñamos con que un día uno de esos cuentos de hadas que leíamos o esas películas de príncipes y princesas nos ocurran realmente y poder llegar a ese cenit de felicidad aunque solo sea un día de nuestra vida para poder añorarlo hasta que tengamos la piel arrugada y vistamos canas. En este caso no me considero diferente a la regla, aunque sí con ciertas matizaciones...

Yo no quiero que me regalen un castillo y me llenen de joyas y vestidos para que dedique mi vida a ser la más bella del reino mientras el príncipe azul sale a cazar perdices, yo quiero ponerme botas montarme en el caballo y salir a recoger frutos, mancharme de barro y echar de comer a las perdices que serán mascotas al igual que el resto de animales. ¡STOP a la masacre de perdices!

No quiero dejar mi vida atrás por promesas de riqueza o futuros llenos de abundancia, yo quiero MI casita a la que venga el príncipe cuando quiera o que viva en ella pero no me hace falta grandeza, porque no hay nada más triste que un hombre con los bolsillos llenos al que le falta lo más importante.

No quiero dar mi tiempo, mi corazón y mi vida por muy príncipe que sea, soy una princesa, soy un ser que vive, piensa y respira, soy yo, soy una persona y no tengo por qué perder la mitad de mi para que una persona sea una y media; quiero compartir eso, siendo yo una naranja entera y que la otra persona sea una naranja, un limón o lo que sea pero entero, no quiero ser la causante de que alguien pierda su medio yo y luego me acusen de ladrona.

No quiero crios rubios, guapisimos y malcriados que se convertirán en pequeños monstruitos cuando crezcan y se casen con alguna descerebrada que les enganche.

No quiero que me valoren por la belleza o la riqueza, si no por mi biblioteca, mi colección de arte y mi sabiduría. Que se paren a conocerme y no ser "la mujer de...", porque como ya dije, no soy la mujer de nadie, soy yo y mi circunstancia y quien lo comparta será mi príncipe compañero; no cualquier soplagaitas con el pecho hinchado que haga promesas de grandeza y le levante las faldas a la primera que pase por la calle.

No quiero vestidos caros ni zapatos de cristal que al mínimo golpe me hagan heridas en los pies.

No quiero criadas ni ser la criada de nadie, aquí todos formamos parte de nuestra vida y nuestra casa.

Quiero amor a mi manera, agridulce, cal y arena pero con moderación, en su justa medida.

Quiero una vida entera mía, compartida pero mía al fin y al cabo

Quiero sabiduría, inteligencia y saber estar, buen humor y que me haga reir aunque nadie más lo entienda.


Quiero compartir momentos buenos y malos, que haya una mano que me ayude a levantarme y un oído que me escuche sin juzgar, una garganta que me diga la verdad siempre y una mente compañera que haga la vida más bella. Alguien con el que la vida se haga más llevadera y el futuro ya vendrá, con el que las noches se hagan más cortas, pero puede que con el que comparta mis últimos días rodeada de bosques y junto a una chimenea leyendo un buen libro.